Dios nos busca

Siempre hablamos de buscar a Dios y pocas veces de cuando él nos busca.

Un sabio decía: Una hoja seca golpea a tu puerta arrancada por el viento, tú abres y la encuentras ¿Quién encuentra a quién?

Ser eterno es un atributo único de Dios, ser el gran “yo soy” el creador de todas las cosas, el eterno amante de las almas.

Isaías lucho contra un pueblo apartado de los mandamientos, que practicaba la religión, los actos ceremoniales pero que su corazón estaba lejos de Dios. Un pueblo que en apariencia seguía siendo teísta, pero que se había casado con toda tipo de prácticas paganas, abominaciones  e idolatría. Un pueblo que busco alianzas con hombres, naciones pero no con Dios. Cuatro reyes pasaron por el consejo y las profecías de Isaías pero muy poco de ellos buscaron realmente a Dios y escribieron una historia nefasta para Judá.

Como entonces entender esta frase “Fui buscado por los que no preguntaban por mí” Dios salió al encuentro de su pueblo, movido por amor y en su soberanía él sale al encuentro de quien olvidaron su nombre, a quienes no oraron ni leían su ley, a quienes no ofrecían holocaustos no ofrenda de agradecimiento ¿Por qué? Por él los eligió primero, se adelantó en su eternidad, motivado por el puro afecto de su voluntad y así eligió una nación para sí, un Abraham un Moisés un Isaías, te eligió a ti y a mí. Un día el evangelio de Cristo vino a nosotros golpeando la puerta de nuestro corazón ¿Qué merito había en nosotros? Quizás apenas un poquito de fe. Un día algo inexplicable nos sucedió que despertó nuestra alma y abrió nuestros ojos a lo espiritual “fui hallado por los que no me buscaban”. Dios es omnisciente, todo lo sabe, todo lo escudriña, él nos vio orando y glorificando su nombre antes de que naciéramos. Él te vio predicando antes de que abrieras la biblia por primera vez, cantando, sonriendo, llorando, fracasando y triunfado. Dios quiere ser hallados por todos y todas, pero él sabe que muchas puertas se cerraran antes de que  toque a la puerta. El misterio de la vida no es nuestro origen, es nuestro destino ¿Cuál es el final de nuestro camino? Quizás lo sepas o no, pero algo estoy seguro que a través de estas palabras sabrás “que la hoja te encontró a ti y no tú a la hoja”